Por Alberto Pinzón Sánchez: Serán muy pocas personas quienes NO se sorprendan con la estridente y sintética noticia del 26 de abril /24, de Iván Cepeda, poderoso negociador de paz y senador del Pacto Histórico (en proceso de convertirse en un simple pacto histérico), sobre su concepción del momento político actual que se vive en Colombia. https://www.youtube.com/watch?v=Dxoq8T61D_U,
Algunos otros, que miramos con simpatía y benevolencia su pasado activismo político práctico y teórico, así como su ascendente carrera desde su ya lejana militancia en la juventud comunista, y luego de su regreso como filósofo de la universidad de San Clemente de Bulgaria, en aquella franja denominada de izquierda progresista, con su lucha frontal en defensa de las víctimas (no del del conflicto interno colombiano como se dice ahora) sino, como lo anunció el senador en sus lemas de movilización social, de las víctimas del Paramilitarismo, la parapolítica y el terror del Estado (marcha del 6 de marzo de 2008), hasta convertirse en un reconocido dirigente político; no podemos ante tal giro político, sino mostrar pesadumbre.
0 ¿es que no hay tal giro? Y más bien, como lo reafirmó él mismo; son sus antiguas concepciones, tal vez profundas, que muy probablemente (no se sabe aún) después de un tiempo reprimidas, han aflorado en forma plena, en estos momentos de crisis social global y personal, o ambivalencia y diversas contradicciones; también posiblemente achacables a efectos colaterales de la quimioterapia anticancerosa en las neuronas cerebrales.
Sin embargo, las tendencias verificables de lo aparente visible, están en la verdadera historia tanto social como personal:
Iván hace sus estudios filosóficos en la capital de Bulgaria, la más atrasada y paupérrima de las sociedades de Europa Oriental soviética (todavía lo sigue siendo a pesar de su actual anexión por Europa), y en una ciudad que más parecía una aldea miserable, temerosa y espantada, precisamente desde comienzos de la década de los 80 del siglo pasado, que es la época del estancamiento teórico y económico de la Unión Soviética; su decadencia y pudrición a medida que el trapicheo y la corrupción rampante convirtieron a la burocracia de la nomenclatura en la oligarquía del doble agente Gorbachov y la alucinosis alcohólica de Yeltsin, y que unos años más tarde, con la ayuda del "Occidente Colectivo", derrumbaría completamente y hasta los cimientos a la otrora superpotencia de la URSS, para asumir el poder total de la nueva realidad estatal recortada, llamada Rusia.
Permítanme preguntar ¿Qué o cual corpus teórico o "filosófico" pudo haber adquirido un becario estudiantil del miserable Estado búlgaro, en una sociedad en derrumbe así?
Hoy lo estamos viendo: Un reemplazo total, si es que en algún momento llegó a tenerla, de la "Filosofía de la Praxis" y sus claros conceptos sobre la "cuestión nacional y la lucha de clases": nación opresora y nación oprimida, lucha de clases y nacionalidad, sustituida por la filosofía post holocausto de Hannah Arendt, creadora del concepto de totalitarismo que igualó idealistamante a Hitler con Stalin, y sus elucubraciones sobre la nación o mercado interno creado por la burguesía en ascenso, la ideología (dominante y hegemónica) del nacionalismo, el nacional-socialismo o nazismo, el fascismo posteriores y su espejo invertido el sionismo actual, el cual, un verdadero sabio judío como Eric Hobsbawum, supo desentrañar y criticar filosófica e históricamente.
Por eso es imposible para el senador Cepeda (como lo dice en el video inicial) conciliar la lucha de masas y de clases en las calles, con la cual se arropó para "llegar a ser", con el Acuerdo Nacional, y sobre todo, con un proceso constituyente surgido o generado por esa misma lucha de clases, dentro del proyecto de nación que sustenta públicamente.
Y aquí topamos con la ambivalencia del senador, quien parece sacrificar toda su lucha radical contra el paramilitarismo, el terror del Estado y las denuncias y procesos judiciales contra el expresidente Uribe Vélez, proponiéndole un Acuerdo Nacional en las alturas para la impunidad, que llama "reconciliación". Ver https://www.elespectador.com/politica/ivan-cepeda-sobre-juicio-de-uribe-ojala-esto-sirva-para-un-acuerdo-que-llegue-a-la-reconciliacion-noticias-hoy/
Maniobra politica de mala calidad, que según parece se hace buscando un "asenso", realmente significativo, en su estatus político como posible presidente de Colombia 2028, Altura que se viene prefigurando desde el momento en que el Senador, con la ayuda de la señora Clara López, bloqueó en diciembre de 2016 (hace 8 años largos) la candidatura presidencial de Jorge Robledo dentro del Polo Democrático con el fin de llevar a ese partido al Santismo. Según lo denuncia el propio Senador Robledo. Ver: https://www.bluradio.com/politica/no-es-idonea-una-candidatura-que-excluya-gente-ivan-cepeda-a-jorge-robledo
Hoy, ya no es solamente el Santismo, quien sopla el fuelle de esta precandidatura presidencial. Es también el conocido ex ministro Rudolf Hommes, apostador del neoliberalismo ortodoxo, quien desde la revista Cambio, en un artículo del 24 de septiembre de 2023 (hace 7 meses) titulado ¿Es posible un acuerdo nacional? plantea anticipadamente la espera esperanzada de que " Iván Cepeda sea el próximo presidente de Colombia", para obtener los subsidios y granjerías que el actual gobierno no ha podido obtener. Ver https://cambiocolombia.com/puntos-de-vista/es-posible-un-acuerdo-nacional
Con esto, uno puede mitigar la sorpresa inicial por la noticia del senador Cepeda, y entender mejor la corriente subterránea que hace fluir la realidad aparente. Y explicarse, cómo ante la crisis profunda en que se debate la sociedad colombiana (bueno y la civilización), y desde su posición privilegiada de senador del partido presidencial histórico, y negociador del gobierno en el proceso de paz con la importante guerrilla del ELN, ponga la pica en Flandes, de una aparente crítica y toma de distancia frente al gobierno histórico, revestida con el añejo y oloroso pañolón rolo de una posible presidencia suya, que continue y realice lo que deje de hacer el gobierno del pacto histórico; mediante la maniobra ideológica de un trasnochado acuerdo en las alturas, es decir, intra e inter oligárquico, con el fin de evitar la necesaria constituyente (parte final de la invisibilizada Solución Politica al conflicto social y armado colombiano), con la finalidad proterva de seguir avanzando en el proyecto chiquito, reaccionario y contrainsurgente de la "nación colombiana" que nos ha traído hasta aquí; cuando desde hace dos siglos, el llamado pueblo ( trabajador) colombiano y toda su variedad regional y demográfica, de trabajadores negros indígenas, y clases medias, etc, etc) hacen parte inseparable de la "nación latinoamericana y caribeña"
¿Acaso no tuvo tiempo el estudiante Cepeda, en aquellas frías, oscuras y sórdidas noches en las residencias estudiantiles de la universidad de Sofía, Bulgaria, de leer aquella famosa carta filosófica, histórica y profética de nuestro Libertador Simón Bolívar, llamada La Carta de Jamaica de septiembre de 1815?
Qué tristeza ¿Cuándo se torció el formidable activista por los derechos humanos Iván Cepeda?
Fuente imagen: La nave de la paz. Las dos orillas.co