Con talegadas de billetes en casi todas las ciudades del país, los candidatos mafiosos abiertamente compran los votos de los atortolados colombianos, sin que autoridad alguna haga algo para evitarlo.
En la ciudad de Tumaco, ante los ojos de todo el mundo y a la salida del puesto de votación se paga los votos.
En la camiseta de la mujer que paga por los votos claramente se ve “Rafael 112, Nariño, Partido Liberal” que se refiere a Rafael Escrucería, miembro del clan de los Escrucería que han sido acusados desde tráfico de influencias, nepotismo y delitos contra la administración pública, hasta de narcotráfico.
Los Escrucería que llevan casi 20 años tratando de recuperar el poder que perdieron en el puerto, consolidaron alianzas con los grupos políticos del Alcalde de Ipiales y papá del actual Gobernador del departamento, Ricardo Romero, y con parte de la estructura del otrora súperpoderoso de Tumaco, el excongresista Neftalí Correa.
Se da por descontando que saldrán con cualquier disculpa boba y que la Fiscalia de Nestor Humberto Martinez no los investigara.